Aunque la vida social de cumplido haya dejado de practicarse con la frecuencia de antaño, es igual de cierto que cada vez son más las personas que, en alguna ocasión, invitan a su domicilio a amigos y conocidos, con el fin de evadirse de la rutina laboral diaria y compartir unas horas de conversación. Las posibilidades para organizar una invitación de este tipo siguen siendo muchas: para comer, cenar, para tomar café o una copa, para una fiesta…
Es de vital importancia la selección de los invitados, debiendo evitarse la coincidencia de personas cuya enemistad nos conste, así como la de quienes estén separados por grandes diferencias: si opta por una mezcla indiscriminada, puede que todos se sienten incómodos.
La invitación puede hacerse telefónicamente si se dirige a un grupo de personas conocidas, o mediante carta manuscrita o tarjetas impresas cuando se trate de convocatorias más amplias o dirigidas a personas con las que tengamos menos trato. Si se envían tarjetas, las que vayan destinadas a los invitados de mayor categoría y a aquellos a los que nos una un vínculo más estrecho, se acompañaran de una carta personal.
Las tarjetas de invitación pueden incluir en la parte inferior las iniciales RSVP (”Répondez, s´il vous plait) o alguno de sus equivalentes en castellano: SRCA o “Se ruega confirmen asistencia”, SRR o “Se ruega respuesta”, SRC “Se ruega contestación”. Si al lado de estas siglas figura un número de teléfono, conteste por ese medio.
Junto a las siglas anteriormente citadas pueden aparecer también, manuscritas, otras dos letras: PM; significan “Pour Memoire”, es decir, “Como recordatorio”. Esta mención se incluye en algunas invitaciones impresas cuyo objeto ya ha sido acordado anteriormente, en sentido afirmativo, por teléfono o de forma personal.
Las invitaciones serán enviadas siempre con suficiente antelación y deberán ser contestadas con rapidez para permitir al anfitrión que organice el acto sin prisas. Todas las contestaciones, incluso las que disculpen la inasistencia, incluirán unas palabras de agradecimiento. Y por supuesto, hay que responder con claridad si se va a acudir o no.
Es de vital importancia la selección de los invitados, debiendo evitarse la coincidencia de personas cuya enemistad nos conste, así como la de quienes estén separados por grandes diferencias: si opta por una mezcla indiscriminada, puede que todos se sienten incómodos.
La invitación puede hacerse telefónicamente si se dirige a un grupo de personas conocidas, o mediante carta manuscrita o tarjetas impresas cuando se trate de convocatorias más amplias o dirigidas a personas con las que tengamos menos trato. Si se envían tarjetas, las que vayan destinadas a los invitados de mayor categoría y a aquellos a los que nos una un vínculo más estrecho, se acompañaran de una carta personal.
Las tarjetas de invitación pueden incluir en la parte inferior las iniciales RSVP (”Répondez, s´il vous plait) o alguno de sus equivalentes en castellano: SRCA o “Se ruega confirmen asistencia”, SRR o “Se ruega respuesta”, SRC “Se ruega contestación”. Si al lado de estas siglas figura un número de teléfono, conteste por ese medio.
Junto a las siglas anteriormente citadas pueden aparecer también, manuscritas, otras dos letras: PM; significan “Pour Memoire”, es decir, “Como recordatorio”. Esta mención se incluye en algunas invitaciones impresas cuyo objeto ya ha sido acordado anteriormente, en sentido afirmativo, por teléfono o de forma personal.
Las invitaciones serán enviadas siempre con suficiente antelación y deberán ser contestadas con rapidez para permitir al anfitrión que organice el acto sin prisas. Todas las contestaciones, incluso las que disculpen la inasistencia, incluirán unas palabras de agradecimiento. Y por supuesto, hay que responder con claridad si se va a acudir o no.