martes, 29 de diciembre de 2009

REGLAS BÁSICAS A CUMPLIR EN LAS VISTIAS

A pesar de las profundas transformaciones que han experimentado los hábitos sociales, existen aun normas de comportamiento que no han perdido vigencia y deben seguir siendo respetadas en las visitas que hagamos o recibamos de amigos y conocidos:

- En primer lugar, no olvide que cualquier visita supone un cierto grado de intromisión en la vida familiar y cotidiana de los visitados. Por ello, se hace imprescindible, incluso con amigos y allegados, avisar previamente y preguntar si es un buen momento para presentarnos en su casa.

- Por la misma razón seamos prudentes en los horarios. Antes del medio día y por la noche no es lógico visitar a nadie y más inadecuado resulta llegar a una casa ajena a la hora del almuerzo o de la cena, a no ser que se nos haya invitado expresamente a ello. Esta precaución, guiada por la sana intención de no molestar, debe extremarse más cuando conocemos los gustos y la forma de vida del visitado. Por ejemplo si sabemos que a una hora concreta sigue un programa de televisión determinado o tiene por costumbre salir a pasear, no le hará mucha gracia que lleguemos a su casa justo en ese momento.

- No es correcto ir de visita en compañía de niños revoltosos, especialmente a casas donde no haya otros niños pequeños con quienes puedan jugar. Si resulta inevitable, además de insistirles en que estén tranquilos, debemos ocuparnos de su cuidado y vigilancia. Los animales domésticos, por pacíficos que sean, no se llevan nunca a una visita.

- El visitante no deberá prolongar su estancia hasta que se convierta en una presencia molesta. El sentido de la medida y la capacidad de observación habrán de guiarle al decidir sobre el momento de iniciar la retirada.

También para el anfitrión existen algunas normas de obligado cumplimiento:

- La primera es un consejo sobre un detalle frecuentemente olvidado. Es un feo detalle mantener la televisión encendida mientras tengamos una visita en nuestro domicilio o no interrumpir cualquier otra tarea que estuviéramos haciendo a su llegada. Los invitados han de concentrar toda nuestra atención.

- Es preciso estar prevenidos ante la posibilidad de que se presenten visitas inesperadas en nuestro domicilio. Para evitar apresuramientos e improvisaciones de última hora, conviene tener siempre en la despensa algunas botellas de licor, café, galletas, etc.

- Si la visita está destinada a uno solo de los miembros de la familia, las otras personas que viven en la casa se presentaran un instante en la sala para hacer un breve saludo de cortesía.

- El anfitrión, aun cuando llegue a estar muy cansado de la compañía de las personas que lo visitan, no deberá exteriorizar este sentimiento de una manera brusca o desagradable. Una fugaz mirada al reloj o un hábil cambio de postura en el asiento constituyen señales de significado inequívoco para el visitante.