Mostrando entradas con la etiqueta Títulos Nobiliarios Premios Y Condecoraciones. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Títulos Nobiliarios Premios Y Condecoraciones. Mostrar todas las entradas

viernes, 24 de septiembre de 2010

TÍTULOS NOBILIARIOS, PREMIOS Y CONDECORACIONES

Antes de la formación de los estados modernos, los caudillos concedían a sus jefes de tropa, como recompensa por sus gestas militares, una parte de los territorios conquistados, en la que pasaban a ejercer una dominación patrimonial con amplias facultades jurídicas y económicas. Otros títulos fueron creados por los monarcas para delegar su autoridad en algunas regiones. La Revolución Francesa, fin del Antiguo Régimen, supuso un cambio radical en la concepción de soberanía y en el estatus de los habitantes del Estado, que pasaron de súbditos a ciudadanos, al desaparecer la sociedad estamental y sus privilegios. La sociedad es hoy muy distinta y se rige por el principio legal de igualdad, que en España está reflejado en el artículo 14 de la vigente Constitución.

Sin embargo, los títulos nobiliarios siguen existiendo y la propia Constitución otorga al Rey la facultad de conceder honores y distinciones. Y, además de la creación de nuevos títulos, el Ministerio de Justicia tramita continuamente expedientes de sucesión y rehabilitación de dignidades nobiliarias.

Los titulo nobiliarios son una elevada distinción, otorgada por un rey o una reina soberanos a una persona física, nacional o extranjera, en reconocimiento y recompensa a sus elevados meritos y destacados servicios a la Corona, es decir, a la nación. Hoy no tiene otro contenido jurídico que el de conceder a su posesor el derecho de usarlos y protegerlos frente a terceros

LOS TÍTULOS NOBILIARIOS

Los títulos hereditarios, los más comunes, son transmitidos a la muerte del titular a sus familiares, descendientes y colaterales. Los no hereditarios, que constituyen una excepción, sin vitalicios, lo que significa que son personales e intransferibles y no pueden ser heredados por la familia de su titular sino que se extinguen con él.

La sucesión de los títulos, cuando procede, puede regirse por distintos sistemas. En algunos países, como Gran Bretaña y Francia, sólo se heredan por la línea masculina. en otros casos, como en le viejo sistema español y el predominante en Europa, los títulos se heredan tanto por línea masculina como por femenina pero con prioridad de la primera, de modo que sólo los hereda la mujer cuando en su línea de sucesión no haya un varón. En el momento actual, en España los títulos hereditarios lo son indistintamente por la línea masculina o femenina, en función sólo del orden de nacimiento, aunque existe al respecto un debate doctrinal y judicial.

Actualmente perduran cinco categorías, cuyo orden de preeminencia es el siguiente:

- Duque: el nombre proviene de la palabra latina “Dux”, que significa capitán o caudillo. el dux tenía dominio sobre un gran territorio.

- Marqués: La palabra deriva de un término germánico que significa frontera, ya que los marqueses eran gobernadores y defensores del territorio delimitado por ciertas fronteras, las “marcas”, que separaban el mundo romano del bárbaro.

- Conde: La denominación tiene su origen en la palabra latina “comes” o compañero, es decir, la persona que acompaña y atiende al rey, al dignatario próximo al soberano, en cuyo nombre pasaron después a ser gobernadores de pequeños territorios.

- Vizconde: Era quien hacia las funciones de conde

- Barón: En su tiempo fue el título de mayor categoría, aunque hoy sea el inferior. el término tiene un origen germánico y procede de la palabra “baro”, que significa hombre libre y guerrero. Las baronías están consideradas como los títulos nobiliarios más antiguos.

Títulos nobiliarios concedidos por S.M. Juan Carlos I

· Arias Navarro, Carlos; - Marqués de Arias Navarro (1976)
· Benjumea Puigcerver, Javier; – Marqués de Puebla de Cazalla (1994)
· Borbón y Borbón, Margarita de; - Duquesa de Soria (1981)
· Borbón y Grecia, Elena de; - Duquesa de Lugo (1995)
· Cela, Camilo José; - Marqués de Iria Flavia (1996)
· Dalí Domenech, Salvador; - Marqués de Dalí de Pubol (1982)
· Escámez, Alfonso; - Marqués de Águilas (1991)
· Fernández Campo, Sabino; - Conde de Latores (1992)
· Fernández Miranda Y Hevia, Torcuato; - Duque de Fernández - Miranda (1977)
· Franco Polo, Carmen; - Duquesa de Franco (1975)
· García Gómez, Emilio; - Conde de los Alixares (1994)
· Gómez Nales, Rita;- Condesa de Iturmendi (1977)
· Gutiérrez Mellado, Manuel; - Marqués de Gutiérrez Mellado (1994)
· Lara Hernández, José Manuel; - Marqués del Pedroso de Lara (1994)
· Marañón y Moya, Gregorio; - Marqués de Marañón (1987)
· Polo Martínez Valdés, Carmen; - Señora de Meirás (1975)
· Rodrigo Vidré, Joaquín; - Marqués de los Jardines de Aranjuez (1991)
· Rodríguez de Valcárcel, Alejandro; - Conde de Rodríguez de Valcárcel (1977)
· Samaranch, Juan Antonio; - Marqués de Samaranch (1991)
· Segovia y Torres, Andrés; - Marqués de Salobreña (1991)
· Suarez, Adolfo; - Duque de Suarez (1981)
· Tarradellas Joan, Josep; - Marqués de Tarradellas (1986)
· Valle – Inclán y Blanco, Carlos Luis del; Marqués de Bradomín (1981)
· Villacieros Benito, Antonio; - Conde de Villacieros (1980)

LA GRANDEZA DE ESPAÑA

La Grandeza de España fue instituida como la máxima categoría de la nobleza titulada, por el emperador Carlos I y V de Alemania, en 1520, año de su coronación en Aquisgrán. Aún hoy el Rey de España puede, al otorgar un título, concederle el honor adicional de la Grandeza. La Asamblea y la Diputación Permanente de la Grandeza de España son sus órganos de gobierno, que engloban a las más de 300 personas que ostentan un título con esta condición; dependen del Ministerio de Justicia y pueden emitir informes, no vinculantes, en materia de sucesión y rehabilitación de títulos.

CONDECORACIONES

Son distinciones honorificas otorgadas por la administración o por entidades privadas, consistentes en la asignación de un determinado distintivo para reconocimiento público de la empresa. La condecoración más típica es la medalla.

La costumbre de conceder condecoraciones se remonta a la antigüedad y es una práctica comprobada en todas las antiguas civilizaciones. Desde los tiempos más remotos, estas recompensas fueron acompañadas por la atribución de un signo externo que permitiese exhibir ante los demás el honor recibido.

En la actualidad, las condecoraciones oficiales más importantes que existen en España son la Orden del Toisón de Oro, la Orden de Carlos III y la Orden de Isabel la Católica, aunque existen otras muchas de distinto nivel, como la Orden del Mérito Civil, la Medalla del Trabajo, la Medalla del Mérito Turístico, etcétera.

En otros tiempos, alcanzo gran relieve una modalidad específica de condecoraciones, constituida por las órdenes o corporaciones autónomas a las que se tenía acceso por acuerdo de sus órganos superiores y en reconocimiento o recompensa a meritos y servicios. Durante siglos, las ordenes militares de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa cooperaron en la reconquista de territorios para la corona española, obtuvieron grandes riquezas y privilegios y llegaron a influir de modo considerable en el gobierno del Estado. Estas órdenes subsisten hoy en día pero sus miembros son cada vez menos numerosos y sus únicos derechos honoríficos son el uso del uniforme y su respectiva insignia.

hay, sin embargo, una excepción: la Orden Soberana, Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, también denominada Orden de Malta creada en Jerusalén en 1089 para la protección y atención hospitalaria de los peregrinos cristianos a Tierra Santa, que no solo sigue existiendo sino que continua prestando una gran labor hospitalaria en todo el mundo

EL TOISÓN DE ORO

El termino “toisón” proviene del francés, que era el idioma de los duques de Borgoña y su corte, con el significado de vellocino o piel de cordero, carnero u oveja. La Orden fue creada por Felipe el Bueno, duque de Borgoña, en 1430, con motivo de su matrimonio con l a infanta Isabel de Portugal y Lancaster, y su intención era la de servir para destacar la protección de los débiles y el servicio a la Iglesia y la fe cristiana. Inspirado en la mitológica leyenda griega del viaje de Jasón y los Argonautas en busca del Vellocino de Oro, que se refleja en su nombre e insignia, esta Orden es, junto con la inglesa de la Jarretera, la de mayor nivel, importancia y estima del mundo.

La Orden tiene una sola categoría, la de Caballero del Toisón de Oro, y desde 1985, por disposición del Rey, se otorga también a damas, habiendo sido su primera destinataria la reina de los Países Bajos. En la actualidad, la Orden tiene trece caballeros, que son: el rey Juan Carlos I; Carlos de Borbón – Dos Sicilias, duque de Calabria; Constantino de Grecia; el príncipe Felipe de Borbón; Carlos Gustavo de Suecia; Juan I, Gran Duque de Luxemburgo; el emperador Aki Hito de Japón; el rey Hussein de Jordania; la reina Beatriz de los Países Bajos, ; la reina Margarita II de Dinamarca; la reina Isabel II del Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte; el rey Harald V de Noruega; y el rey Alberto II, rey de los belgas.

El toisón o vellocino pende de un collar formado por eslabones y pedernales despidiendo llamas, con el lema “Ante feriti, quam flamma micet”, inspirado en un pasaje del Libro de los Jueces, en la figura del Gedeón, juez y libertador del pueblo judío contra los madianitas.

La propiedad de los collares pertenece a la Orden, por lo que, al fallecer los condecorados, sus familiares deben devolverlo a los soberanos españoles.

LA JARRETERA

La Muy Noble Orden d la Jarretera fue fundada por el rey Eduardo III en el año 1350. Según la historia, nació a causa de un accidente banal cuando en un baile de la corte a la condesa de Salisbury, que estaba bailando con el rey, se le rompió una liga que cayó al suelo, suscitándose todo tipo de comentarios, aumentados por los rumores de que la condesa era la amante del soberano (lo que, al parecer no era cierto). El rey recogió la liga, se la ató al brazo izquierdo y pronunció unas palabras, en francés, que constituyen el lema de la Orden, que poco después creó: “honi suit qui mal y pensé”: “deshonra para quien piense sal”.

La Orden de la Jarretera, cuyo patrón es San Jorge, está formada por el Gran Maestre Soberano, que es el rey o reina de Gran Bretaña y 21 caballeros. El rey Juan Carlos I es uno de ellos.

LAS ÓRDENES DE CARLOS III E ISABEL LA CATÓLICA

Son las dos Órdenes civiles españolas más destacadas, solo superadas en rango por el Toisón de Oro.

La Real y Muy distinguida Orden de Carlos III fue creada por este monarca en 1771, con la Inmaculada Concepción como patrona y bajo el lema “Virtuti et merito”. En su grado máximo, el collar, solo lo poseen actualmente unas 20 perdonas, todas ellas jefes de Estado o miembros de familias reales.

La Orden Americana de Isabel la Católica fue creada por Fernando VII en 1815 para recordar la figura de la soberana en cuyo reinado, y con cuyo auxilio, se produjo el descubrimiento de América. Su objetivo es recompensar “la lealtad acrisolada” y los méritos a favor del progreso y el desarrollo de aquellos territorios. En su grado superior (Caballero del Collar de la Real Orden) se viene concediendo sólo a soberanos y jefes de Estado, principalmente hispanoamericanos.

La Orden del Merito Civil, creada por Alfonso XIII en 1926 para premiar virtudes de carácter general de los ciudadanos y funcionarios, posee también una gran relevancia.

Otras Órdenes civiles son las de Beneficencia (1856), de Alfonso X el Sabio (1902), del Mérito Agrícola (1905), de Sanidad (1943), de San Raimundo de Peñafort (1944), DE Cisneros (1944), del Mérito Postal (1960), del Mérito de la Guardia Civil (1976), del Mérito del Deporte (1982), etc.

OTRAS CONDECORACIONES

Además de las concebidas por la Administración del Estado, la gran mayoría de las administraciones territoriales (comunidades autónomas, diputaciones y ayuntamientos) así como universidades, colegios profesionales y un sinfín de asociaciones privadas disponen también de sus normas de derecho premial con las que recompensan méritos y servicios.

Las distinciones del tipo de Medalla de Oro de una comunidad autónoma, Hijo Predilecto de una ciudad, Doctor Honoris Causa por una universidad o premios literarios y artísticos, proliferan de tal modo que su concesión y entrega son una presencia cotidiana en los medios de comunicación.

Junto con las medallas civiles, también existen otras militares, tanto para tiempos de guerra como para épocas de paz. Pueden citarse la Real y Militar Órden de San Fernando (Cruz Laureada de San Fernando), la Cruz roja del Mérito Militar, la Medalla de Sufrimientos por la Patria y la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.