lunes, 4 de enero de 2010

LA CASA

Cuando esperamos visita hay que partir de una consideración fundamental: la hospitalidad hacia los invitados se ha de palpar en toda la casa, y no solo en la sala en la que se esté previsto servir el almuerzo o donde haya de tener lugar la reunión. Preparar del mejor modo las distintas dependencias del hogar, y sobre todo aquellas que tiene más posibilidades de ser visitadas por los huéspedes, es uno de los principales deberes del buen anfitrión. Un caso típico es el de los cuartos de baño, que han de estar extremadamente limpios y disponer de todo lo necesario a lo largo de la velada, cambiando incluso las toallas cuantas veces sea preciso. Los anfitriones pondrán un especial cuidado en vigilar su buen estado. Y un detalle a tener en cuenta: salvo en casos de extrema confianza, un baño al que van a entrar los invitados no debe tener nunca a la vista los productos y utensilios de nuestro aseo personal.

Aspectos como la calefacción o el aire acondicionado y la iluminación debe contribuir también al buen ambiente, de forma que estén en su punto justo y pasen desapercibidos, ya que en uno u otro caso podrían arruinar la reunión. Vigile pues, que haya una temperatura correcta, sin excesos en un sentido o en otro. Asimismo la mesa del comedor ha de estar bien iluminada, mientras que para el resto de los ambientes, si es de noche o no se goza de suficiente luz natural, suele optarse por luces auxiliares e indirectas.

Para que no existan motivos de incomodidad para nadie, recuerde que los animales no son del gusto de todas las personas. Si tiene en casa animales de compañía, lo mejor es disponer de alguna habitación o lugar para ellos, de manera que queden fuera del contacto con los invitados.