sábado, 9 de enero de 2010

LA ELECCÍÓN DEL REGALO

Una buena técnica consiste en plantearse, al adquirir el regalo, tres preguntas: ¿le gustará?, ¿puede usarlo?, ¿lo necesita? La respuesta a la primera cuestión ha de ser afirmativa, y lo ideal sería que lo fuese también a las otras dos.

Es importante ser creativo y no conformarse con seguir patrones establecidos y recurrir a los regalos tópicos. Seleccionar un obsequio exige tiempo y dedicación, lo que siempre acabara notándose y, en consecuencia, siendo agradecido. Como compensación a esa búsqueda, el obsequio será sin duda, mejor e incluso puede resultar más barato que otro comprado con precipitación.

Salvo los muy materialistas, que juzgaran el regalo por su pecio, la mayoría de sus receptores verán en él algo de nuestra personalidad, y en cierto modo, una medida del aprecio que les profesamos. El regalo representa a quien lo hace y por ello debe ser elegido con sumo cuidado. Un embajador jamás ha de trasmitir un mensaje equivocado.

En cualquier caso, hay que tener en cuenta que un regalo es un presente en singular, es decir, que puede estar formado por varias piezas de un conjunto pero nunca debe componerse de varios objetos independientes que carecerán de relación, como si se hubiera estado sumando hasta completar el precio que habíamos presupuestado gastar.

Uno de los puntos clave es saber medir la relación que nos une con el destinatario del obsequio. El regalo puede ser más o menos personal o impersonal, en función del vínculo que medie entre quien da y quien recibe. Siempre que no exista una cierta intimidad, es mejor que sea bastante impersonal. De hecho, obsequios como prendas de ropa y perfumes u objetos de tocador, por ejemplo, solo proceden con familiar4es o allegados; los regalos de empresa, en el otro extremo, han de ser muy asépticos. Los objetos entre personas no muy próximas no deben ser excesivamente caros, quedando los que son costosos reservados paras las personas con las que tengamos una relación más profunda y duradera.

Una caso aparte lo cosntituyen las joyas, que solo deben obsequiarse a personas con quienes tengamos una relación intima.

Seamos discretos a la hora de hacer regalos. No hay que poner en una situación molesta o comprometida a quien los recibe. Es fácil herir a alguien de economía humilde si le regalamos algo de mucho valor económico, pues podría entenderse que evidenciamos nuestra superioridad sobre él, haciéndole además muy difícil corresponder.

Cuándo regalar

El mejor regalo es el que no está en función de ninguna celebración o efeméride, ya que no hay presente más agradecido que el que no se espera. Ahora bien, procure que todas las celebraciones personales importantes de sus allegados cuenten, con al menos, un pequeño detalle suyo.

Otra ocasión idónea para regalar la constituyen los viajes, que puede aprovechar para comprar algún producto u objeto típico del lugar visitado, demostrando así al destinatario del obsequio que incluso estando lejos nos hemos acordado de él

Los regalos de dinero

Son los más delicados de entregar, y muchas personas no los consideran de buen gusto. De hecho, están reservados para circunstancias muy concretas y excepcionales. Regalar dinero no demuestra un alto grado de imaginación pero a veces puede resolver con rapidez y sinceridad un compromiso.

De optar por ello, hay que tener tacto suficiente para evitar que ese obsequio se interprete como una limosna. Por lo pronto, se entregará en un sobre y acompañado de un detalle fino, como una caja de bombones o unas flores. Los billetes serán nuevos y la cantidad total se entregará en el menor número posible de billetes (del mayor valor facial). En ningún caso se sacarán de la cartera en el momento de entregarlos.

Los regalos a niños

El consejo de presentaros de manera vistosa y agradable es en esta circunstancia aun más importante, ya que el envoltorio y su colorido es para los pequeños una parte principal del obsequio que reciben. Pese a su edad, los niños no están exentos de la obligación de agradecer los regalos, y sólo lo harán si han sido educados para ello. Habitualmente son más sinceros que las personas mayores en estos casos, por lo que darán a entender de forma muy directa si les ha gustado o no lo que reciben. Sólo esto debería bastar para que quien vaya a obsequiar a un niño, busque con el mayor interés el regalo. Un consejo: no les regale armas, juguetes bélicos o cosas que inciten a la violencia.

Lo que no se debe regalar

No se regalan animales, salvo que exista mucha confianza y nos los hayan pedido expresamente. Tener una animal implica una mayor responsabilidad que debe ser asumida de manera voluntaria.

Además de inadecuado, es peligroso obsequiar objetos que previamente nos hayan reglado a nosotros. Tenga en cuenta que el circulo puede seguir y es posible que el regalo acabe alguna día en el primer sujeto.

También son incorrectos los regalos en broma, que pueden causar sorpresas desagradables, incluso a quienes los ofrecen si provocan, como a veces sucede, una mala reacción en le persona que los recibe.