sábado, 12 de septiembre de 2009

DESPEDIDAS

Como normal general, las despedidas han de ser breves, sencillas y amistosas “ha sido un placer conocerle”, “me ha alegrado mucho compartir este tiempo con usted… No deben prolongarse indefinidamente, reanudando la conversación después de Haber expresado la voluntad de abandonar el lugar. De hecho, la despedida solo puede “anunciarse” una vez, siendo de escaso gusto decir cada varios minutos “bueno, ya me marcho” e iniciar acto seguido otra charla sobre un nuevo tema.

Si la despedida tiene lugar en un acto al que se acudió por invitación (un cóctel, una cena, etc.) es preceptivo despedirse de los anfitriones, haciéndoles constar expresamente si afecto y gratitud.

Existen muchos gestos no verbales que manifiestan la voluntad de poner término a una reunión o encuentro: mirar con insistencia el reloj, esbozar el gesto de ponerse en pie, ordenar y recoger las pertenecías personales de una mesa, golpear el escritorio con los nudillos o la palma de la mano…pero nada de esto constituye una conducta cortés, pues nuestro interlocutor lo captará rápidamente y comprenderá que tenemos la intención de perderle de vista lo antes posible. Es más correcto culminar la conversación con alguna frase cortes: “En fin, creo que ya hemos analizado el tema desde todos los puntos de vista. Ha sido un placer”.