1. Su ropa puede ser humilde, pero no se admite que esté sucia. Vestir una prenda sencilla, simple y barata, si se hace con estilo y dignidad, puede transmitir una imagen de la máxima elegancia, mientras que un traje carísimo sucio y arrugado da a entender que quien lo lleva es una persona descuidada y sin higiene.
2. Cuide la conservación de sus ropas, evite su deterioro progresivo y no se deje vencer por la pereza: sujete los botones que comienzan a soltarse, vigile el buen estado de las costuras, guarde las prendas en armarios o lugares adecuados y no deje que cojan vicios o malas formas.
3. Cambie de ropa con toda la frecuencia que le permitan sus posibilidades. En particular, las prendas que están en contacto directo con el cuerpo (camisas, ropa interior) deben cambiarse todos los días.
4. Lleve la ropa correctamente planchada. Las arrugas son una señal de carácter desordenado y torpe. Una persona con la tropa limpia, bien planchada y correctamente puesta dará la mejor de las sensaciones.
2. Cuide la conservación de sus ropas, evite su deterioro progresivo y no se deje vencer por la pereza: sujete los botones que comienzan a soltarse, vigile el buen estado de las costuras, guarde las prendas en armarios o lugares adecuados y no deje que cojan vicios o malas formas.
3. Cambie de ropa con toda la frecuencia que le permitan sus posibilidades. En particular, las prendas que están en contacto directo con el cuerpo (camisas, ropa interior) deben cambiarse todos los días.
4. Lleve la ropa correctamente planchada. Las arrugas son una señal de carácter desordenado y torpe. Una persona con la tropa limpia, bien planchada y correctamente puesta dará la mejor de las sensaciones.