martes, 27 de octubre de 2009

MAQUILLAJE

Miles de años antes de nuestra era ya florecían en el antiguo Egipto los salones de belleza y el arte de acicalarse había alcanzado gran perfeccionamiento y difusión.

En nuestro tiempo, la mayoría de las mujeres continúan recurriendo a cosméticos como polvos, cremas y otros aceites para mejorar su aspecto exterior, función en la que también e incluye disimular los efectos del paso del tiempo. Los especialistas aseguran que cada vez hay, sin embargo, más hombres que utilizan productos cosméticos de algún tipo (cremas hidratantes, autobronceadores, mascarillas anti arrugas y anti fatigas) y solicitan servicios de estética en un mundo en el que el cuidado de la imagen personal tiene un gran valor.

La prudencia ha de ser la norma en el uso del maquillaje, que sólo puede acentuarse, y aun así nunca con exageración, para fiestas nocturnas.

Aunque cada mujer se maquilla según su estilo personal, y para ello dispone de una amplia gama de productos en el mercado, el tono del maquillaje, los polvos y el colorete deberá ser el más apropiado al de la propia piel. Al aplicarlo, debe tenerse especial cuidado en no dejar rastros en los cuellos y escotes de la ropa.

Si se llevan los ojos maquillados, la pintura habrá de permanecer firme y sin emborronarse. Se procurara que el color de las sombras no choque con el de la indumentaria que se vista.

El lápiz de labios no debe dejar rastro en todo lo que toque, y para ello lo mejor es retirar los excesos con un papel secante después de pintarlos. No se considera apropiado que una mujer de edad avanzada o una chica muy joven lleven los labios pintados de colores excesivamente llamativos.

Es preferible que el tono de la pintura de los labios coincida con el esmalte de las uñas si estas también levan color. Las uñas pintadas no presentarán nunca faltas o descascarillados, lo que transmite una imagen de descuido y falta de aseo. Si se llevan cortas es más aconsejable optar por un esmalte de brillo, un simple pulido (que pueden llevar los hombres) o la denominada manicura francesa con laca blanquecina y la uña destacada por debajo con un lápiz blanco.

El maquillaje no se retoca en público, si resulta necesario hacerlo, habrá que acudir al servicio.