Algunos días antes de la ceremonia, conviene que los novios hagan una pausada visita al templo, con el fin de conocer adecuadamente el lugar y prevenir con antelación todos los detalles de sus movimientos, así como para tomar las decisiones que correspondan sobre la ornamentación con que se desee lucir la iglesia.
Los arreglos florales deben ser discretos, limitándose preferiblemente al altar y a los escalones del presbiterio. Los novios decidirán si desean ser fotografiados en algún lugar del templo, para lo que podrán escoger el fondo que consideren más bonito.
Éste es también el momento de conocer y, en su caso, modificar, las previsiones de iluminación y de música que haya hecho el párroco. Hoy en día es frecuente que estas ceremonias sean grabadas en video, para lo cual los equipos técnicos precisan ciertas condiciones de luz. En algunos casos las cámaras aportan sus propias baterías y en otros necesitan enchufes. Estudiar todos estos detalles nos evitará apuros de última hora. Los novios preguntarán al párroco cual es la música que sonará en la ceremonia, y puede suceder que prefiera alguna otra pieza distinta. En ocasiones se contratarán los servicios de un coro, todo lo cual habrá que decidir y resolver con suficiente antelación.
Por último, conviene estudiar la distribución de los invitados en el templo, incluso diseñando un croquis con la situación de los asientos e indicando el número de familiares que se pueden sentar en los bancos delanteros. Esto será muy útil en aquellos casos en que se prevea una gran afluencia de público a la ceremonia.
Es costumbre que la familia de cada uno de los contrayentes ocupe los bancos situados detrás del lugar en que éstos se colocan en el altar. Los bancos delanteros se denominan bancos de honor, y suele reservarse la primera fila para los padres y los hermanos de los novios, y la segunda para los abuelos, padrinos y tíos. Luego y sucesivamente se sentarán los primos, familia indirecta, testigos y amigos. En algunas ocasiones se opta por utilizar unos asientos laterales inmediatos al altar para ubicar en ellos a los testigos.
Valorar a tiempo todos los detalles contribuirá a la brillantez de la ceremonia. Incluso conviene tener en cuenta el ancho del pasillo central de la iglesia, en especial cuando la novia piense utilizar un traje amplio y voluminoso.
Los arreglos florales deben ser discretos, limitándose preferiblemente al altar y a los escalones del presbiterio. Los novios decidirán si desean ser fotografiados en algún lugar del templo, para lo que podrán escoger el fondo que consideren más bonito.
Éste es también el momento de conocer y, en su caso, modificar, las previsiones de iluminación y de música que haya hecho el párroco. Hoy en día es frecuente que estas ceremonias sean grabadas en video, para lo cual los equipos técnicos precisan ciertas condiciones de luz. En algunos casos las cámaras aportan sus propias baterías y en otros necesitan enchufes. Estudiar todos estos detalles nos evitará apuros de última hora. Los novios preguntarán al párroco cual es la música que sonará en la ceremonia, y puede suceder que prefiera alguna otra pieza distinta. En ocasiones se contratarán los servicios de un coro, todo lo cual habrá que decidir y resolver con suficiente antelación.
Por último, conviene estudiar la distribución de los invitados en el templo, incluso diseñando un croquis con la situación de los asientos e indicando el número de familiares que se pueden sentar en los bancos delanteros. Esto será muy útil en aquellos casos en que se prevea una gran afluencia de público a la ceremonia.
Es costumbre que la familia de cada uno de los contrayentes ocupe los bancos situados detrás del lugar en que éstos se colocan en el altar. Los bancos delanteros se denominan bancos de honor, y suele reservarse la primera fila para los padres y los hermanos de los novios, y la segunda para los abuelos, padrinos y tíos. Luego y sucesivamente se sentarán los primos, familia indirecta, testigos y amigos. En algunas ocasiones se opta por utilizar unos asientos laterales inmediatos al altar para ubicar en ellos a los testigos.
Valorar a tiempo todos los detalles contribuirá a la brillantez de la ceremonia. Incluso conviene tener en cuenta el ancho del pasillo central de la iglesia, en especial cuando la novia piense utilizar un traje amplio y voluminoso.