Las aglomeraciones que suelen producirse en los transportes públicos son otra buena ocasión para demostrar nuestra cortesía. Ceda siempre el paso y el asiento a personas mayores o impedidas y a quienes llevan paquetes o pesos. La cesión debe ir precedida de un delicado ofrecimiento, pero ante un rechazo no se insistirá.
No estorbe a quienes tratan de subir al vehículo o a los que se bajan antes que usted. Si pisa o empuja a alguien, aunque haya sido un acto involuntario, pida disculpas. Si va acompañado, no hable en voz excesivamente alta ni de temas poco discretos.
En el autobús o en el metro, se considera de mala educación mirar insistentemente el periódico o la revista que va leyendo el viajero que nos precede, como si intentásemos leerlo al mismo tiempo que él, sobre su hombro.
Taxis
Cuando coja un taxi, salude al entrar e indique al conductor claramente el lugar al que se dirige. Si el taxista entabla una conversación sea extremadamente discreto y, por supuesto, no entre nunca en discusión. Al llegar a su destino, pregunte cuanto debe, compruebe que la cantidad corresponde al taxímetro o las tarifas vigentes y pague, añadiendo una propina en los lugares que así sea costumbre. Si lleva equipaje o bultos en el maletero, recójalos en último lugar evitando pagar en plena calle y espere a que se los tienda el conductor.
Autobuses y trenes
En autobuses de largo recorrido y en los trenes ayude a colocar el equipaje a quienes vea necesitados de auxilio. Si los asientos son numerados, compruebe bien su billete y la plaza que debe ocupar, aún así, si otro viajero le indica que está usted ocupando su lugar, no reaccione con enfado pues el error puede ser suyo; vuelva a verificar la numeración y ofrezca después las explicaciones oportunas.
Si su compañero de asiento entabla una conversación, hable con prudencia y evite comentarios familiares o privados. No abra ventanillas ni modifique la calefacción o el aire acondicionado sin consultar a los demás. En caso de querer colocar su asiento en posición reclinada, asegúrese antes que el cambio no incomode a quien ocupa la plaza de detrás suyo
Aviones
En los aviones, el espacio de que dispone cada viajero es muy pequeño, por lo que deberá extremarse la atención en no incomodar a quienes ocupan los asientos contiguos. El vuelo provoca en muchas personas una reacción de temor y hasta de miedo; si ese es su caso, no haga ostentación de ellos, ni hable sobre el tema a su compañero de asiento, que puede tener la misma sensación y verla incrementada con sus comentarios; si quien padece esta fobia es la persona que va sentada a su lado, quítele importancia y háblele de otro tema.
No estorbe a quienes tratan de subir al vehículo o a los que se bajan antes que usted. Si pisa o empuja a alguien, aunque haya sido un acto involuntario, pida disculpas. Si va acompañado, no hable en voz excesivamente alta ni de temas poco discretos.
En el autobús o en el metro, se considera de mala educación mirar insistentemente el periódico o la revista que va leyendo el viajero que nos precede, como si intentásemos leerlo al mismo tiempo que él, sobre su hombro.
Taxis
Cuando coja un taxi, salude al entrar e indique al conductor claramente el lugar al que se dirige. Si el taxista entabla una conversación sea extremadamente discreto y, por supuesto, no entre nunca en discusión. Al llegar a su destino, pregunte cuanto debe, compruebe que la cantidad corresponde al taxímetro o las tarifas vigentes y pague, añadiendo una propina en los lugares que así sea costumbre. Si lleva equipaje o bultos en el maletero, recójalos en último lugar evitando pagar en plena calle y espere a que se los tienda el conductor.
Autobuses y trenes
En autobuses de largo recorrido y en los trenes ayude a colocar el equipaje a quienes vea necesitados de auxilio. Si los asientos son numerados, compruebe bien su billete y la plaza que debe ocupar, aún así, si otro viajero le indica que está usted ocupando su lugar, no reaccione con enfado pues el error puede ser suyo; vuelva a verificar la numeración y ofrezca después las explicaciones oportunas.
Si su compañero de asiento entabla una conversación, hable con prudencia y evite comentarios familiares o privados. No abra ventanillas ni modifique la calefacción o el aire acondicionado sin consultar a los demás. En caso de querer colocar su asiento en posición reclinada, asegúrese antes que el cambio no incomode a quien ocupa la plaza de detrás suyo
Aviones
En los aviones, el espacio de que dispone cada viajero es muy pequeño, por lo que deberá extremarse la atención en no incomodar a quienes ocupan los asientos contiguos. El vuelo provoca en muchas personas una reacción de temor y hasta de miedo; si ese es su caso, no haga ostentación de ellos, ni hable sobre el tema a su compañero de asiento, que puede tener la misma sensación y verla incrementada con sus comentarios; si quien padece esta fobia es la persona que va sentada a su lado, quítele importancia y háblele de otro tema.