Es obligado en este punto referirse a las listas de boda, que no solo sirven para facilitar a los invitados la elección de sus regalos, sino que son además muy útiles para los novios: estos consiguen así una ayuda considerable para instalar su hogar con toda clase de objetos que previamente habrán elegido.
La existencia de una lista de bodas no obliga necesariamsnte a adquirir los regalos en el establecimiento señalado, aunque quien lo haga se ahorrrará el riesgo de la decepcion de ver repetido el detalle que con tanta ilusión estuvo buscando. Por otra parte, la pareja no debe tener repaaro en incluir objetos caros en la lista, pues es probable que varios familiares o amigos se reunan para comprarlos; uno de ellos puede adquirir varias piezas de una vajilla determinada y otro u otros hacerse cargo de las restantes para completarla. Los regalos de precio elevado pueden ser divididos en fracciones, con lo que se facilita aún más la decisión de los invitados.
Los inconvenientes de las listas de boda son:
1) Imponen a los invitados la compra de objetos de más valor del previsto, si no se han apresurado a visitar la tienda con la debida anticipación y quedan únicamente pocos regalos y caros.
2) Las listas hacen que los novios conozcan exactamente el precio de cada cosa regalada, lo que puede producir suspicacias y malentendidos.
3) Impiden al invitado plasmar su personalidad en la elección del regalo, aunque si la lista es amplia este problema es menor.
Los regalos siempre se entregan antes de la ceremonia, acompañados por una tarjeta de felicitación, siendo de mal gusto que los invitados lleven en su mano el regalo en el momento de asistir al festejo. Los recién casados han de acusar recibo de todos los regalos con que hayan sido obsequiados, testimoniando su gratitud. Antiguamente la exhibición de aquellos constituía una parte importante del festejo nupcial y aun hoy es habitual que los novios enseñen en su domicilio los regalos que han recibido.
La forma más común de manifestarse la gratitud por los obsequios recibidos es una simple tarjeta en la que se incluirá una indicación manuscrita del estilo de “muy agradecidos”, que será firmada por la pareja e incluida en un sobre también escrito a mano. Es muy conveniente que los novios anoten en algún lugar de quien es cada uno de los regalos que reciben, sobre todo si tiene muchos. Esto les permitirá un importante juego cuando reciban visitas después de la boda: podrán decirle a su visitante lo útil que les resultó su obsequio. Con esta información evitan además el bochorno que se producirá si un familiar o un amigo les preguntan donde han puesto su regalo y no recuerdan siquiera cual es. Desde luego, si usted ha recibido por su boda varios juegos de café, utilice para invitar a su visitante el que éste le haya regalado.
La existencia de una lista de bodas no obliga necesariamsnte a adquirir los regalos en el establecimiento señalado, aunque quien lo haga se ahorrrará el riesgo de la decepcion de ver repetido el detalle que con tanta ilusión estuvo buscando. Por otra parte, la pareja no debe tener repaaro en incluir objetos caros en la lista, pues es probable que varios familiares o amigos se reunan para comprarlos; uno de ellos puede adquirir varias piezas de una vajilla determinada y otro u otros hacerse cargo de las restantes para completarla. Los regalos de precio elevado pueden ser divididos en fracciones, con lo que se facilita aún más la decisión de los invitados.
Los inconvenientes de las listas de boda son:
1) Imponen a los invitados la compra de objetos de más valor del previsto, si no se han apresurado a visitar la tienda con la debida anticipación y quedan únicamente pocos regalos y caros.
2) Las listas hacen que los novios conozcan exactamente el precio de cada cosa regalada, lo que puede producir suspicacias y malentendidos.
3) Impiden al invitado plasmar su personalidad en la elección del regalo, aunque si la lista es amplia este problema es menor.
Los regalos siempre se entregan antes de la ceremonia, acompañados por una tarjeta de felicitación, siendo de mal gusto que los invitados lleven en su mano el regalo en el momento de asistir al festejo. Los recién casados han de acusar recibo de todos los regalos con que hayan sido obsequiados, testimoniando su gratitud. Antiguamente la exhibición de aquellos constituía una parte importante del festejo nupcial y aun hoy es habitual que los novios enseñen en su domicilio los regalos que han recibido.
La forma más común de manifestarse la gratitud por los obsequios recibidos es una simple tarjeta en la que se incluirá una indicación manuscrita del estilo de “muy agradecidos”, que será firmada por la pareja e incluida en un sobre también escrito a mano. Es muy conveniente que los novios anoten en algún lugar de quien es cada uno de los regalos que reciben, sobre todo si tiene muchos. Esto les permitirá un importante juego cuando reciban visitas después de la boda: podrán decirle a su visitante lo útil que les resultó su obsequio. Con esta información evitan además el bochorno que se producirá si un familiar o un amigo les preguntan donde han puesto su regalo y no recuerdan siquiera cual es. Desde luego, si usted ha recibido por su boda varios juegos de café, utilice para invitar a su visitante el que éste le haya regalado.