De acuerdo con la tradición, es costumbre habitual que los amigos del novio (y de la novia por su parte) preparen, días antes de la boda, un pequeño festejo a modo de despedida de la soltería. Se trata normalmente de un almuerzo o cena en el que se reúnen con el novio o novia sus amigos y compañeros, para compartir con él sus últimas horas de soltero/a y desearle felicidad y bienestar en su nueva situación.
La reunión es organizada por alguno de los más allegados al novio/a, quien se encargará de convocar a los demás personal o telefónicamente, y con la ayuda de uno de ellos, reservará un lugar para celebrar el banquete y comprara un regalo para el despedido. Cada uno de los asistentes pagará la parte proporcional que le corresponda para cubrir los gastos del ágape y del obsequio. Es práctica usual que cada esponsal no acuda a la despedida de soltero de su futuro cónyuge. Las despedidas de soltero no proceden para los supuestos de segundas nupcias, tanto en casos de previo divorcio como de viudedad.
La reunión es organizada por alguno de los más allegados al novio/a, quien se encargará de convocar a los demás personal o telefónicamente, y con la ayuda de uno de ellos, reservará un lugar para celebrar el banquete y comprara un regalo para el despedido. Cada uno de los asistentes pagará la parte proporcional que le corresponda para cubrir los gastos del ágape y del obsequio. Es práctica usual que cada esponsal no acuda a la despedida de soltero de su futuro cónyuge. Las despedidas de soltero no proceden para los supuestos de segundas nupcias, tanto en casos de previo divorcio como de viudedad.