Además de las cartas clásicas, existen otras formas de comunicación escrita, particularmente útiles en algunas situaciones, como son: saludas, tarjetones, tarjetas postales, telegramas y tarjetas postales.
Las saludas
Las saludas son pequeñas cuartillas (en torno a 15 x 21 cm) que llevan impresos el nombre y el cargo del remitente y que, tras la expresión “Saluda”, en un tamaño destacado, en lugar centrado y a menudo en un tipo de letra diferente, dejan un espacio en blanco para escribir unas líneas que suelen ir a máquina ya que los saludas sólo se utilizan para comunicaciones de protocolo oficial.
Los tarjetones
Los tarjetones están desplazando a los saludas, pues son más prácticos y personales. Son unas tarjetas de cartulina de dimensiones intermedias (17 por 11,5 o 12 cm) que habitualmente llevan el nombre impreso en el extremo superior izquierdo. Se emplean cada vez con mayor frecuencia para textos breves y manuscritos.
Las tarjetas postales
Nacieron en l última época del siglo XIX, basadas en fotografías y como recuerdos de viajes, que siguen siendo el motivo principal de su envío. Estas tarjetas dirigidas siempre a familiares, amigos y personas con la que nos une una relación muy estrecha, deben llevar un breve texto de recuerdo que se escribe sin encabezamientos. Aunque la razón de remitirlas es obvia, se procurara que el texto, nunca confidencial, no sea una fórmula manida que suene a compromiso. Si por alguna circunstancia, lo escrito va más allá del simple saludo o recuerdo, la tarjeta se enviará dentro de un sobre.
Los telegramas
Son un recurso sólo para casos muy determinados, considerados de urgencia, como pueden ser pésames, felicitaciones tardías, excusas por inasistencia a un acto, anulación de última hora de un compromiso, etc. El texto debe ser muy breve, y se redactará de manera que sea comprensible prescindiendo de algunos verbos y preposiciones. Al final levarán nuestro nombre completo, con apellidos, para evitar confusiones en la identificación.
Los telegramas están perdiendo terreno frente al fax, ya que este sistema resulta aun más rápido y permite la transmisión de gráficos y otras imágenes. El fax, abreviatura de telefax, no se emplea para correo personal o textos importantes y, cuando se hace así por alguna razón, será como adelanto del original que se enviará después por correo.
Los textos enviados por fax irán precedidos de una hoja llamada carátula, para la que conviene tener hojas impresas con nuestros datos, incluyendo número de fax y de teléfono y el anagrama de la empresa. En el centro de esa hoja se escribirán los datos del destinatario con: nombre y apellidos, empresa o lugar de trabajo y su número de fax. Se hará constar asimismo el número total de hojas de que conste el mensaje, seguido de la expresión “incluida esta”, en referencia a la propia caratula.
Las tarjetas personales
Las tarjetas personales tienen su origen en la costumbre, tan extendida en el siglo XIX, de realizar visitas de cumplido a domicilios de personas conocidas. Cuando aquellos a quienes se visitaba no se encontraban en ese momento en la casa, se dejaba la tarjeta para demostrar la voluntad de la visita y al mismo tiempo se consideraba cumplida ésta.
Hoy en día, la tarjeta es sobre todo una fórmula de presentación y un medio para dejar constancia escrita de nuestros datos personales. Aunque hay muchos diseños, los más elegantes son los sencillos, en color blanco y con impresión de tamaño discreto. Los caracteres suelen ser de una caligrafía clásica o muy simple.
Existen distintos tipos de tarjeta:
- La tarjeta estrictamente personal, sólo llevará el nombre y los apellidos en principio impresos en el centro. Se utiliza, por ejemplo, para enviar junto con un regalo. Otro modelo de tarjeta personal es el que ya incluye nuestra dirección particular y teléfono.
- La tarjeta familiar es la que emplean las personas casadas, haciendo constar el nombre de los dos cónyuges.
- La tarjeta profesional, que por lo general responderá al diseño que establece la empresa para todos sus empleados, incluirá bajo el nombre de la persona el cargo que desempeña. Los datos de dirección y teléfono, etc., serán, como es obvio, los de la compañía.
Cuando se recibe una tarjeta de presentación debe responderse entregando la propia, a no ser que se caraca de ella, situación que es conveniente hacer notar al tiempo que se piden disculpas.
Las saludas
Las saludas son pequeñas cuartillas (en torno a 15 x 21 cm) que llevan impresos el nombre y el cargo del remitente y que, tras la expresión “Saluda”, en un tamaño destacado, en lugar centrado y a menudo en un tipo de letra diferente, dejan un espacio en blanco para escribir unas líneas que suelen ir a máquina ya que los saludas sólo se utilizan para comunicaciones de protocolo oficial.
Los tarjetones
Los tarjetones están desplazando a los saludas, pues son más prácticos y personales. Son unas tarjetas de cartulina de dimensiones intermedias (17 por 11,5 o 12 cm) que habitualmente llevan el nombre impreso en el extremo superior izquierdo. Se emplean cada vez con mayor frecuencia para textos breves y manuscritos.
Las tarjetas postales
Nacieron en l última época del siglo XIX, basadas en fotografías y como recuerdos de viajes, que siguen siendo el motivo principal de su envío. Estas tarjetas dirigidas siempre a familiares, amigos y personas con la que nos une una relación muy estrecha, deben llevar un breve texto de recuerdo que se escribe sin encabezamientos. Aunque la razón de remitirlas es obvia, se procurara que el texto, nunca confidencial, no sea una fórmula manida que suene a compromiso. Si por alguna circunstancia, lo escrito va más allá del simple saludo o recuerdo, la tarjeta se enviará dentro de un sobre.
Los telegramas
Son un recurso sólo para casos muy determinados, considerados de urgencia, como pueden ser pésames, felicitaciones tardías, excusas por inasistencia a un acto, anulación de última hora de un compromiso, etc. El texto debe ser muy breve, y se redactará de manera que sea comprensible prescindiendo de algunos verbos y preposiciones. Al final levarán nuestro nombre completo, con apellidos, para evitar confusiones en la identificación.
Los telegramas están perdiendo terreno frente al fax, ya que este sistema resulta aun más rápido y permite la transmisión de gráficos y otras imágenes. El fax, abreviatura de telefax, no se emplea para correo personal o textos importantes y, cuando se hace así por alguna razón, será como adelanto del original que se enviará después por correo.
Los textos enviados por fax irán precedidos de una hoja llamada carátula, para la que conviene tener hojas impresas con nuestros datos, incluyendo número de fax y de teléfono y el anagrama de la empresa. En el centro de esa hoja se escribirán los datos del destinatario con: nombre y apellidos, empresa o lugar de trabajo y su número de fax. Se hará constar asimismo el número total de hojas de que conste el mensaje, seguido de la expresión “incluida esta”, en referencia a la propia caratula.
Las tarjetas personales
Las tarjetas personales tienen su origen en la costumbre, tan extendida en el siglo XIX, de realizar visitas de cumplido a domicilios de personas conocidas. Cuando aquellos a quienes se visitaba no se encontraban en ese momento en la casa, se dejaba la tarjeta para demostrar la voluntad de la visita y al mismo tiempo se consideraba cumplida ésta.
Hoy en día, la tarjeta es sobre todo una fórmula de presentación y un medio para dejar constancia escrita de nuestros datos personales. Aunque hay muchos diseños, los más elegantes son los sencillos, en color blanco y con impresión de tamaño discreto. Los caracteres suelen ser de una caligrafía clásica o muy simple.
Existen distintos tipos de tarjeta:
- La tarjeta estrictamente personal, sólo llevará el nombre y los apellidos en principio impresos en el centro. Se utiliza, por ejemplo, para enviar junto con un regalo. Otro modelo de tarjeta personal es el que ya incluye nuestra dirección particular y teléfono.
- La tarjeta familiar es la que emplean las personas casadas, haciendo constar el nombre de los dos cónyuges.
- La tarjeta profesional, que por lo general responderá al diseño que establece la empresa para todos sus empleados, incluirá bajo el nombre de la persona el cargo que desempeña. Los datos de dirección y teléfono, etc., serán, como es obvio, los de la compañía.
Cuando se recibe una tarjeta de presentación debe responderse entregando la propia, a no ser que se caraca de ella, situación que es conveniente hacer notar al tiempo que se piden disculpas.