miércoles, 22 de septiembre de 2010

NAVIDAD

Entre la terminación de un año y el inicio del siguiente, en apenas dos semanas se agrupan una serie de celebraciones que en su conjunto se denominan Fiestas Navideñas. De carácter eminentemente familiar, comienzan con la conmemoración cristiana del nacimiento de Jesucristo en la Nochebuena e incluyen además: la Navidad, al día siguiente, Nochevieja y Año Nuevo, con el cambio de calendario, y l Epifanía o día de Reyes en la noche del 5 de Enero. Con mayor o menor tradición, dependiendo de los lugares, también se celebran los Santos Inocentes, el día 28 de diciembre.

Ya antes de llegar, y mejor si se hace con cierta anticipación dado el atasco que suelen sufrir en estas fechas los servicios de correos, las fiestas se anuncian mediante el envío de felicitaciones navideñas. Las tarjetas suelen comprarse impresas, pero es preciso escribir en ellas, a mano, algunas frases con el mensaje de la felicitación. Esta es una buena ocasión para recordar a personas con las que no mantenemos un trato continuado o con las que hemos perdido el contacto. No es obligatorio enviar tarjetas navideñas, pero si lo es contestar a las que hayamos recibido.

Otro anuncio de las fiestas son los adornos que se emplean para engalanar los hogares y, en menor medida, oficinas: ramas de pino, acebo y muérdago, piñas, velas, bolas de cristal, cintas de colores, etc. Esta decoración no debe colocarse con una antelación excesiva.; ocho o diez días antes de la Nochebuena es lo correcto. Y siempre se hará con prudencia, moderación y sencillez.

La tradición española es la de disponer el Belén o Nacimiento con las figuras características, mientras que de otras latitudes nos llegó la moda del árbol y, más recientemente, de las coronas de bienvenida colgadas en las puertas. Muchos hogares, en particular habiendo niños, hacen ambas cosas a la vez: Nacimiento y árbol. Si no tiene espacio para todo, puede dejar que los pequeños escojan lo que prefieran, aunque será fácil que se dejen llevar por lo que vean más anunciado o simplemente, por lo que vean en las casas de sus amigos.

Un dilema similar se plantea a la hora de los regalos, otro de los ingredientes inevitables en estas fiestas. En España la costumbre es que los obsequios se hagan en l noche de Reyes, pero Papá Noel (tradición completamente ajena a nosotros) los adelanta a la Navidad. Muchos padres están optando por esta segunda solución, con el argumento de que así los niños tienen tiempo suficiente para disfrutar de los juguetes durante sus vacaciones. Pero la noche de Reyes siempre será la noche de Reyes, y la consecuencia de todo ello es que en numerosas familias se hacen dos obsequios: uno (de menor valor) en Nochebuena – Navidad y otro (el principal) el día de Reyes.

Pese a tratarse de cenas y comidas cuyo ámbito es estrictamente familiar (salvo la Nochevieja cuando se celebra fuera de casa), los excesos de comida y bebida son ya una autentica tradición en Navidades. No está de más, por tanto, recordar algo que debería darse por sabido: comer bien no es comer mucho.

En los banquetes navideños es importante cuidar de manera especial la decoración y el servicio de la mesa, recurrir a recetas tradicionales y ofrecer platos cuya elaboración suponga una dedicación especial. Ha de quedar claro que no se trata de una comida más.

Y ya que se trata de la principal celebración familiar del año, los matrimonios deberán organizarse de forma que, en función de los días o en turnos por años, puedan asistir los dos a reuniones de ambas familias. Se pondrá también especial atención en que ningún familiar ni amigo allegado se encuentre solo o sin poder celebrar las fiestas en estas fechas.

Aunque sean jornadas familiares y de mucha confianza, para sentarse a la mesa todos deberán vestir correctamente y cuidando su aspecto.

En estas fechas, también acostumbran a organizarse pequeñas fiestas en las empresas. Lo lógico es hacerlas antes de que se inicien los turnos de vacaciones del personal y, dado que son días de mucho ajetreo para todos, lo mejor es limitarse a algo breve, en un descanso en la jornada laboral o en un horario lo más próximo posible a la salida. Es conveniente que la fiesta tenga carácter general, permitiendo que puedan conocerse personas que trabajen en departamentos distintos. Si la empresa ha previsto hacer un regalo navideño a sus empleados, este es un buen momento para entregarlo o para anunciar como y cuando se puede recoger.